En épocas pasadas, el pueblo de Cachiche, en Ica-Perú, fue sinónimo de hechicería para muchos peruanos. Parecía un pueblo de brujas, ya que albergó a innumerables mujeres que de acuerdo con los iqueños, poseían poderes sobrenaturales. Los lugareños mencionan que servían para extirpar los males del cuerpo y preparar brebajes para diversas santerías. Y el restaurant toma esta leyenda para darle el nombre a su sitio, convocando solo a las brujas buenas para que bajo su tutela ofrezcan una cocina sobrenatural.
El salon Albaricoque es el salón principal, ubicado en el primer piso y decorado con motivos artísticos de las culturas Inca, Moche y Chancay
Uno de los grandes atractivos del restaurante es su Cava de vinos. En este ambiente especialmente diseñado y adecuado para la guarda de sus vinos (se pueden almacenar hasta 1,500 botellas de vino) es tambien un comedor «Gourmet», con capacidad solo para 16 personas, el ambiente es intimista y refinado
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