Definir esta ciudad del sur de Italia no es fácil. Debes meter en un cocktail la belleza, bullicio, suciedad, monumentos, alegría ( y picardía) de sus gentes, cultura, hospitalidad, buen comer, caos circulatorio, diversión, estridencias, vida nocturna y amabilidad. Luego agitas bien y puede salir algo parecido a Nápoles…
En una ciudad con más de 1 millón de habitantes ( con área metropolitana, se elevan a 4,4 millones ) y con una gran riqueza histórica, artística, cultural y gastronómica hay mucho que ver. La Unesco declaró su centro histórico Patrimonio de la Humanidad. Griegos, romanos, normandos y españoles han dejado su huella en la ciudad así que no se van a aburrir, se los aseguro.
Monte Vesubio: Una de las mayores atracciones de Nápoles y uno de los volcanes activos más famosos del mundo. En la parte más alta se observan unas vistas realmente impresionantes de toda la Bahía de Nápoles.
Castell Nuovo: Conocido popularmente como Maschio Angioino. Este castillo es lo mas significativo de la plaza Municipio, y uno de los distintivos del puerto. Dentro del castillo se pueden apreciar las esculturas y frescos de los siglos XIV y XV (en la capilla palatina). En las tres plantas del ala sur hay una colección de pinturas, platas y bronces de los siglos XV al XX en exposición.
Castillo Sant `Elmo: El castillo del siglo XIII está situado en la parte más alta del barrio de Vomero y tiene unas vistas de la ciudad impresionantes.
El Palacio Real ( siglo XVII): Fue el centro de la vida política y social napolitana es hoy, un gran monumento italiano y uno de los atractivos turísticos del país. Se exponen periódicamente una serie de muestras artísticas que llaman la atención de los turistas, además de algunos rincones importantes que posee el castillo como por ejemplo, la sala del trono.
Plaza Plebiscito: Grandiosa, espectacular y llena de vida es, sin duda, un sitio de visita obligada si vas a Nápoles. Es uno de los lugares mejor diseñados de Europa, gracias a la admirable simetría que poseen sus focos de poder; la bellísima iglesia de San Francisco de Paola, el Palacio Real, el Palacio de Gobierno y el Palacio de la Foresteria.
Basílica de San Francisco de Padua: En la basílica domina la columnata dórica que enmarca la monumental Plaza del Plebiscito, que está adornada con las magníficas estatuas ecuestres de bronce de Carlos III de Borbón.
Palacio de Capodimonte: El palacio es una obra arquitectónica fastuosa, hogar del Museo y Galería Nacional de Capodimonte, una colección artística de incalculable valor. En la actualidad, el palacio alberga la colección artística más amplia de todo Nápoles, y una de las más destacadas de Italia con obras pictóricas que incluyen a Martini, Tiziano y Caravaggio.
Teatro San Carlo: Uno de los más famosos del mundo, reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Es el más antiguo teatro de ópera activo del mundo. Saliendo del Teatro San Carlo nos encontramos en la piazza Trieste e Trento (antigua piazza San Ferdinando), donde surge el histórico café Gambrinus, fundado en 1860, convirtiéndose en el refugio de poetas e intelectuales.
La Catedral de Napoles también llamada Duomo Nápoles o Catedral de San Gennaro, el santo protector de la ciudad. Es el principal edificio de culto de Nápoles.
Capilla de San Severo: Edificada en el s. XVI l contiene frescos y pinturas que adornan los muros que quedan eclipsados por las sorprendentes esculturas, sobre todo el Pudor, la Desesperación y el magnífico Cristo con manto (velato) de Giuseppe Sammartino.
PARA CAMINAR Y PERDERSE EN EL CAOS:
Vía Toledo: el eje principal de la expansión urbana es una de las calles principales de la ciudad, caracterizada por la presencia de iglesias y palacios antiguos, como el Carafa de Maddaloni (1582) y el Doria D’Angri (1755). Por un lado marca el inicio de la Via Toledo (Via Roma), la calle comercial de Nápoles; por otro, el inicio de las estrechas calles del Barrio Español.
Galleria Umberto I: Tiene un impresionante techo de vidrio y hierro, de 57 metros de altura, acompañado por un elegante pavimento de taraceas marmóreas. En su interior abundan los negocios, cafés y librerías. Es sofisticada y muy apreciable, para un recorrido enteramente cultural.
Piazza Dante: El último tramo de via Toledo desemboca en esta plaza, de las más importantes de Nápoles. Cerca de la piazza Dante está el Museo Aqueológico Nacional, considerado uno de los más importantes de su género en Europa, tanto por la calidad como por la cantidad de las obras que expone.
Piazza Garibaldi: Otra de las plazas más populares de la ciudad. Dicen que es un poco peligrosa.
Spaccanapoli: Es el barrio más antiguo de la ciudad y también el más emblemático. Arteria formada por la Via Pasquale Scura y la Via Benedetto Croce. En Spaccanapoli las costumbres napolitanas se respiran a cada paso. Cuenta con algunas iglesias y calles increíbles( iglesia de Santa Chiara, la de Gesú Nuevo, la de San Domenico Maggiore y la capilla Sansevero). Aquí encontramos el Nápoles follonero, caótico, peligroso a veces, de calles estrechas, de ropa tendida en los balcones, de los gritos de acera en acera,de las tiendas metidas en un rincón de un edificio y de los conductores más avezados del mundo, que se manejan por una geografía imposible repleta de marchas atrás, sentidos únicos y angosturas más que justas
“El orden brilla por su ausencia y las normas se respetan de la manera más arbitraria”, advierte una guía al referirse al arte de conducir y de moverse, en verdad abominable, de los napolitanos. Aquí no valen ni semáforos ni señales de tráfico y cada cual conduce por donde quiere. Y doy fe de ello ya que nunca lo he pasado peor dentro de un coche que con un napolitano conduciendo. Las discusiones de tráfico son de película: ambos conductores se bajan a vociferar y a gesticular durante más de 10 minutos mientras el resto de coches espera pacientemente a que se calmen los ánimos. Terminan de discutir, se suben en su coche y se van dejando un atasco impresionante detrás de ellos. ¡Cosa normal aquí!
Barrio Español: (el antiguo cuartel de las tropas hispanas). Uno de los barrios más problemáticos y característicos de la ciudad, además de contar con un gran ambiente.. dicen que aquí es donde se concentra la prostitución y negocios sucios de la ciudad.
Centro direccional: Mucha gente piensa en Nápoles como una ciudad decadente y poco industrilizada por eso se sorprenderán cuando pasen por aquí. Es el nombre que recibe la zona de rascacielos próxima a la Stazione Centrale. El edificio más alto es la Torre Telecom Italia (edificio más alto de Italia) que alcanza 129 m.
Estadio de fútbol San Paolo: Es un buen lugar para palpar el sentir y pasión de los napolitanos. El caos reinante en los alrededores es absolutamente total y llegar al estadio nos costó más de un disgusto y casi un atropello.
Nápoles subterránea: es un complejo catacumbas y galerías que se encuentran bajo la ciudad. En la antigüedad era una verdadera ciudad subterránea,un mundo perdido de catacumbas y cuevas, caminos y ferias romanas, refugios antiaéreos de la Segunda Guerra Mundial y los primeros sepulcros cristianos con mosaicos y frescos desteñidos. Existen tours guiados para visitarlas que aconsejo tomar, para poder entender y visitar en detalle.
Mamma mía! Cuando fui hice testamento y saqué seguro de vida.
Algún napolitano amigo, acá en la argentina también me dio un «amuleto protector».
Ignoro de qué se trataba, por ls dudas lo llevé mientras duró mi estancia napolitana.
Es de notar que siempre, hasta la revolución industrial el sur de Italia fue más desarrollado y próspero que el norte. El azufre de Sicilia se vendía a buen precio. (Era necesario para la fabricación de pólvora y hasta mediados del siglo XIX no se encontró forma de obtenerlo detra manera). Y producía abundantes alimentos.
Finalmente, el almirante Nelson -que no era hombre rico- popularizó en Inglaterra al vino de Marsala, con el que obsequiaba a sus amistades a menor precio que el oporto o el jerez.
Pero visitar la antigua colonia griega (Nea polis) vale la pena correr algún riesgo.
Me pregunto: cuando Mussolini decía que había que vivir «pericolosamente» ¿lo decía por haber viajado a Nápoles?
En todo caso, amable Dulcinea, «vedi Napoli e poi morire»