Alberobello es una pequeña ciudad y un municipio italiano de menos de 11.000 habitantes en la provincia de Bari (Apulia). Y una primavera del 2000 tuve el placer de conocer sus célebres «trulli». Viajamos con mi flamante marido a conocer a su familia Italiana (que como todos los Argentinos siempre tenemos un familiar español y un familiar Italiano)
Alberobello es universalmente conocida como la capital de los Trulli. Aquí, cada uno de ellos tiene formas y tamaños diferentes. Son construcciones únicas pero pueden también ser una combinación o un complejo de casas contiguas. Algunos tienen dos planos. La mayoría tiene el techo gris en forma de cono que termina con una pelota o un hemisferio.
En el interior hay una sola habitación con fogón para el hogar, la cama y muebles varios. La estructura permite un buen clima: fresco en verano y acogedor en inverno
La historia de estos edificios tan particulares está ligada a un edicto que exigía un tributo por cada nuevo asentamiento. Los condes exigieron que se edificaran las casas a la piedra seca, sin utilizar cemento. Debiendo por lo tanto utilizar sólo piedras, los campesinos encontraron en la forma redonda con techo de cúpula (compuesto por círculos de piedra superpuestos) la configuración más simple y sólida. Los techos de abovedados de los «trulli» son embellecidos con pináculos decorativos, cuya forma está inspirada en elementos simbólicos, místicos y religiosos.
Los símbolos pintados sobre los techos de los «trulli» a menudo asumían un significado religioso; a veces podían representar los signos del zodiaco. Pináculos y símbolos pintados forman juntos una especie de identificación ciudadana, ya que por largo tiempo Alberobello tenía negado el reconocimiento oficial por parte de los condes.
Los “Trulli” son celebres en el mundo por su belleza característica y su unicidad y representan uno de los ejemplos más extraordinario de arquitectura popular italiana.
Desde la precariedad hasta la habitabilidad
El proceso de transformación y recuperación en el respeto de la originalidad de la obra ha hecho que los «Trulli de Alberobello» obtuvieran el título de Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1996
Un lugar único en el mundo que tuve el privilegio de conocer.