Altas y bajas

(Este es un post dedicado a mi hermana. Por el placer de recordar lo lindo de viajar juntas)

Visite tres veces la ciudad de Bergamo, todas por motivos laborales. Y lo primero que descubri fue la “ciudad baja”, la parte mas moderna de la ciudad, que  mas allá de ser el centro de la economía, tiene numerosas ofertas de interés culturar y artístico.





Las amplias calles con bulevares y cerradas al transito durante la tarde, permiten caminar sin rumbo ni preocupaciones. Se encuentran negocios de las mejores marcas Italianas y también internacionales, lo que demuestra el buen poder adquisitivo de los habitantes de esta ciudad.


En cambio la “ciudad alta” es una hermosa y milenaria ciudad amurallada que fue construida durante el período de dominación Veneziano. Es maravilloso el grado de conservación que tienen los edificios. Es un lugar donde el tiempo parece haberse detenido y que nos permite retroceder y caminar por calles medievales para descubrir en cualquier esquina algo interesante, agradable y asombroso.




Ambas ciudades están unidas por un funicular, que puede tomarse al pie de la ciudad baja. La primera vez que estuve en Bergamo con mi hermana, nos escabullimos temprano del trabajo y nos fuimos a caminar perdidas durante horas. Desde Via Roma (o también conocida como vialle Vittorio Emanuelle) que es la calle que une la estación de tren hasta el pie de la ciudad alta, caminamos recorriendo y admirando cada fachada, cada puerta, cada farol.


No hay sensación mas maravillosa que la de perderse sin preocupaciones por un lugar desconocido y asombroso.  Tan inmersas paseábamos, que no notamos que repentinamente las calles comenzaron a hacerse mas estrechas, mas empinadas y mas empedradas. ¡Sin quererlo ni planearlo estábamos subiendo a pie! Pero el agotamiento tuvo su recompensa, ya que al girar la cabeza, esta fue la maravillosa vista que nos regalo la ciudad:


De alli en mas todo fue asombro y fascinación….


Encontrar Il Duomo en la Piazza Vecchia, charlar con los vendedores de ahumados….


y caminar perdidas en la belleza del medioevo, creyéndonos por unos instantes que al sonar las campanas se rompería el hechizo y volveríamos a nuestro hotel en carruaje de calabaza o en el funicular…
Fuente: http://www.conociendoitalia.com/

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